Carta abierta de Modesto C. Rolland al periodista William R. Hearst, respondiéndole por promover la invasión de México en sus periódicos.
Fragmento traducido:
CARTA ABIERTA DEL SR. M. C. ROLLAND A MR. W. R. HEARST
Querido Sr.:
Hasta ahora nunca ha sido refutado por un Mexicano.
Creo que esta es la primera ocasión, y en justicia a la sinceridad con la que ahora apelo a usted, para el bien del público, confío que publicara usted esta carta en sus periódicos, aunque tengo el propósito de publicarlo por otros canales.
Usted Mr. Hearst ha atacado cruelmente a México; ha despertado gran odio y distribuido tanto veneno, apilando tal masa de falsedades concerniente a nuestra gente, que hasta el más aislado Indio de nuestro país esta consciente de la existencia del Sr. Hearst, dueño de muchos periódicos; sabe que es constantemente calumniado por ese caballero; y que la mayor parte de las declaraciones de esa persona son falsas – que cuando dichas aun por un humilde Indio, es un asunto muy delicado para un periodista con amor propio.
Bien, Mr. Hearst, nosotros los Mexicanos, después de observar su conducta y estudiando su política de intervención constante y continuadas amenazas contra nuestras libertades, y tomando en consideración su respetable puesto en la sociedad, no podemos evitar pensar que usted ha actuado consistentemente con información vergonzosamente incompleta y muchas veces engañosa.
No podemos pensar que es de otra manera, pues parecería imposible que usted de buena fe desee aplastarnos cuando nunca lo hemos dañado, y cuando tenemos nosotros todo el derecho para vivir y desarrollarnos de la misma manera que otras naciones de la tierra lo han hecho.
Usted siempre ha sido mal informado. Estaba usted en un error cuando alentaba la política de Porfirio Díaz, porque le dijeron que su gobierno era ideal; y subsecuentemente, estoy seguro encontró que tal dictadura no era otra cosa, más que la mas crasa manifestación de feudalismo, enraizada en la esclavitud del peón, el yugo del terrateniente y el poder político de la Clerecía Católica,
Más tarde fue usted informado que Huerta era un gran hombre, y usted estaba contra la Revolución, cuyo declarado programa era la reivindicación de los derechos humanos ultrajados.
Después fue usted informado que Villa también era un gran hombre, bajo su propia signatura, inicio usted una campaña para elevar a este bandido a la Presidencia de México.
Debe usted estar consciente ahora que fue mal informado, pues Villa era solo el instrumento de los siniestros intereses que la Revolución estaba combatiendo.
Usted ha continuado combatiendo la Revolución, guiado constantemente sin duda por información falsa, y en la última carta que escribió después de su enfermedad ( que lamentamos mucho), usted explicaba que si ha atacado a México es porque debe ser castigado, y que lo hacía motivado por patriotismo, pues nadie ignora el hecho de que en caso de guerra, sus propiedades en México correrían peligro.
Parecería que en esta su última carta trata usted de dar al público una justificación de toda su conducta; y por esta razón me da gran gusto aprovechar la oportunidad, para señalarle que inclusive en este último argumento que monto usted como defensa, está equivocado, porque la información que desafortunadamente ha recibido es completamente errónea.
Las propiedades que posee son principalmente estacionarias, estas no sufren gran cosa en caso de guerra. Sus grandes haciendas en Chihuahua y Tabasco no perderían nada en los destrozos de la guerra. Por otra parte, con el triunfo de la Revolución, ciertamente se verá en dificultades para mantener estas grandes haciendas que ha adquirido muy económicamente y las cuales ha poseído (esto seguramente lo sabe) sin pagar impuestos, como todos los grandes terratenientes lo han hecho, así dejando que la responsabilidad de las dichas propiedades recaiga sobre la nación, y la carga de los desembolsos sobre los pocos pequeños propietarios que puedan todavía existir.