Al concluir su trabajo en el Acueducto Xochimilco a la Ciudad de México, por su vocación de maestro, percibe que es necesario incluir entre las materias formativas de los Ingenieros civiles, el cálculo y uso del concreto armado (cemento armado); obtiene el permiso de la Dirección de la Escuela Nacional de Ingenieros y de la Secretaría de Instrucción Pública e imparte el primer curso de esa materia en México.